El término holístico se refiere a que se considera el “todo” para un fin. Un terapeuta holístico es aquel que analiza una situación del ser desde todos los ángulos que lo conforman. Para efectos de humanos hablamos de alma, cuerpo y espíritu. El alma es esa parte de nuestra esencia que vino a aprender, nuestro cuerpo es el vehículo y el espíritu es la parte que pertenece invariablemente a la divinidad, universalidad, al todo, sin importar tu creencia. Un terapeuta holístico analiza cualquier situación desde estos tres ángulos y por supuesto, cuenta con herramientas para ayudarte, guiarte y recomendarte lo que necesites.
No es un doctor. No debe recetar ni contradecir una opinión médica, tampoco receta. Recomienda y sugiere tratamientos de medicina complementaria desde el análisis integral, es decir, no trata el síntoma sino que buscará encontrar la raíz del problema desde las emociones, las circunstancias de vida, la alimentación, etc. Un terapeuta holístico jamás te va a decir que renuncies a algún tratamiento médico, esa decisión es tuya.
No es un psicólogo. Se apoya en la psicología, debe tener conocimiento de las emociones, de los procesos de pensamiento, de la construcción de la personalidad, del desarrollo humano, etc.
No es un Gurú. Las personas asumen que cuando te dedicas a alguna disciplina espiritual te conviertes en una especie de “santo”, no te enojas, no te equivocas, no te enfermas, tu vida es perfecta… desde el punto de vista personal, en este momento de la evolución todos estamos encarnados como seres humanos, por lo tanto, todos tenemos las mismas tribulaciones de nuestra condición humana sólo tenemos una mayor comprensión sobre el funcionamiento integral del ser.
¿Qué y como lo hace?
Cuando eres terapeuta holístico se vuelve muy complicado definir exactamente qué haces y cómo, ya que tu camino de aprendizaje incluye el estudio y la práctica de muchas disciplinas, la integración de tu propia experiencia y la mezcla de todo junto. Por ejemplo llega un cliente a masaje, durante la sesión identificas tensión en la rodilla, eso te de una indicación acerca de la flexibilidad de la persona frente a sus circunstancias de vida, el cliente decide comentarte acerca de un problema que le está costando trabajo y le achaca el dolor al estrés que le produce, tú haces uso de tus habilidades de coach para ayudarlo a ver esta falta de flexibilidad y le das apoyo emocional a través de la aromaterapia. Este es un ejemplo sencillo de lo que puede ser una sesión con un terapeuta holístico. Es muy frecuente que quienes practican reiki comiencen a canalizar energía de manera automática en una sesión o que una persona con depresión recurra a tu ayuda sin saber exactamente qué necesita; el masaje por ejemplo, sería una excelente puerta de entrada, ya que sin invadir de manera directa la situación emocional de la persona predispones a su cuerpo y a su sistema nervioso a recibir ayuda de una manera muy sutil. Si tú no eres masajista, basta con recomendarlo.
Es un camino de vida
Ética
La responsabilidad de un terapeuta holístico es la de velar por el bienestar de quienes se acercan a él, reconociendo si su ayuda es apropiada.
Tiene el compromiso primero consigo mismo de prepararse, actualizarse y enfrentar su propio camino de crecimiento.
Ayuda desde su experiencia propia.
No hay un lugar donde se estudie para terapeuta holístico, es de esos oficios que se hacen con la experiencia de vida.
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