El desarrollo integral del ser comprende la utilización de todos sus componentes, herramientas, emociones y todo esto se deriva de dos corrientes energéticas que fluyen dentro de cada ser: energÃa positiva y energÃa negativa.
Cada una de estas energÃas se manifiesta en el plano fÃsico a través de una polaridad que genera el movimiento y la acción.
 Los seres humanos tendemos a reconocer esta polaridad como una separación, dos partes independientes y creemos que nosotros escogemos cuál manifestar separando por completo a la otra parte.
Clasificamos esta polaridad en bueno o malo de acuerdo a una serie de caracterÃsticas que le adjudicamos a cada parte, asà creemos que la energÃa positiva es buena y que la energÃa negativa es mala.
Bien, en esta manifestación humana hay dos géneros: masculino y femenino y los concebimos como polaridad. Energéticamente hablando, la energÃa masculina es positiva y la energÃa femenina es negativa. Cabe aclarar que la energÃa negativa nada tiene que ver con lo "malo".Â
Todos tenemos ambas energÃas en nosotros. Â
La energÃa femenina es la parte en nosotros que se deja llevar por los sueños, que intuye, que inspira. Es la que nos da la sensibilidad, la emoción, la ternura y la generosidad. Es etérica, fluye y toma la forma de lo que la contiene pero... si todos los humanos viviéramos al 100% en energÃa femenina seguirÃamos en la época de las cavernas, porque la energÃa femenina es pasiva y dispersa. Requiere necesariamente de su complemento, la energÃa masculina; ésta se encarga de llevarlo todo a la acción, a la materia, a la manifestación.
Desde el 2012 comenzó a hablarse acerca del regreso de la energÃa femenina y derivado de los miles de casos de violencia en contra de la mujer surgió el empoderamiento femenino y si, es un proceso derivado de la evolución universal, ya que todo el universo se mueve mediante estas dos energÃas: femenino para soñar, masculino para traer esos sueños a la manifestación. Bien, durante muuuchos años, la tierra ha operado en energÃa masculina; desarrollo, avances tecnológicos, médicos, de infraestructura, desarrollo de naciones, economÃas. Pero la energÃa tiene ciclos y requiere tiempo para regresar a la ensoñación e imaginar cosas nuevas, retomar el equilibrio y disfrutar de lo que ya se creó; por eso se habla del regreso de la energÃa femenina.
¿Qué ha sucedido entonces ?
El empoderamiento femenino se ha dado desde la energÃa masculina de las mujeres.Â
Las caracterÃsticas de cada energÃa tiene su lado oscuro si se desequilibran y se manifiestan de manera incorrecta.
La energÃa masculina mal equilibrada trae un exceso de razón, de pensamiento y de ego; el querer conquistar en todos los ámbitos, la competencia, la ambición de poder y de tener hasta el extremo de provocar guerras, devastaciones, etc. Como mujeres tras un largo historial de abusos, menosprecios, violencia y condiciones de desigualdad, hemos buscado ganar terreno en lo laboral, lo económico, lo polÃtico, etc. perooo a nivel social no tenemos ninguna buena noticia. Todos sabemos que hay una ola desenfrenada de secuestros y feminicidios, la violencia se incrementa en frecuencia y en tono, robo de niños, trata de blancas, maltrato animal, el bullying, etc.
No, no podemos culpar a los hombres, no podemos declararles la guerra, no podemos desplazarlos y arrebatarles el mundo porque también conozco historias maravillosas de hombres que han criado hijos sin ser los padres biológicos, también he visto a un par cuidar de su hermana o de su esposa en el hospital, los he visto llorar y he sentido sus abrazos; ellos también sufren, sufren la pérdida de una hermana o de un hijo, de un padre o de una esposa. Todos sufrimos con cada guerra que inicia, con cada vida que se pierde con la violencia. Todos estamos sufriendo la falta de bondad, la falta de amor.
Nada tiene que ver el empoderamiento de la mujer sino el regreso de la energÃa femenina y no sólo en las mujeres, la conexión de todos los seres humanos con la energÃa del amor, la bondad y sobre todo la reconciliación.
Empecemos por reconocer el esfuerzo de los hombres que se permiten sentir, que nos nutren con su protección, que le dan forma a nuestros sueños y que contienen nuestro sentir y nos acompañan. Recibamos de ellos permitiéndoles expresar ambas energÃas en armonÃa.
 Hoy tenemos la oportunidad de sincronizarnos con los tiempos perfectos del universo, retomar el equilibrio y educar a los niños en amor y no en competencia. No es trabajo sólo de las mujeres pero si somos las responsables de iniciar un cambio, somos creadoras, somos fuente de nutrición, retomemos nuestro poder de ensoñación y creemos un mundo de esperanza para todos.
Jass Bernal