top of page
Buscar

El prejuicio y nuestra capacidad de crear telenovelas

Jasette Bernal


Debemos reconocer que en todos y cada uno de nosotros existe un excelente guionista frustrado capaz de crear grandes historias.

Hace unos días escuché a un grupo de mujeres hablar de una conocida en común de su vida universitaria…Anita, clásica chica lista que se toma la vida muy en serio, con nula capacidad para divertirse y echar relajo, decían que en la escuela era brillante y que su vida social dejaba mucho que desear, al salir de inmediato obtuvo un buen trabajo y se distinguía profesionalmente; hasta aquí todas son percepciones basadas en hechos reales sin dejar de ser sólo percepciones.

De pronto la conversación se tornó futurista, como si hubiera aparecido una bola de cristal... seguramente se va a casar y va a llenarse de hijos, ¿de qué le sirvió ser tan brillante? ¿No se divirtió mientras pudo y todo para qué? Si –contesta otra- conozco varias historias así…bueno, su esposo le puso el cuerno y hasta la divorciaron. Cabe mencionar que la vida de Anita no había sido del interés público por considerarse mortalmente aburrida y sin chiste hasta que hubo oportunidad de colocar una crítica con respecto a ella.

Con esta cotidiana historia podemos identificar la cantidad de prejuicios a los que vivimos atados permanentemente y de manera inconsciente. Nos resulta muy fácil medir a partir de nuestros propios esquemas mentales y clasificar. Es como si nuestra cabeza tuviera la necesidad de poner en una cajita etiquetada todas y cada una de las situaciones que observamos, con suerte podremos sortear las que consideramos “malas”. Parece una historia inofensiva y sin trascendencia pero habla mucho acerca de nuestras propias limitaciones y de los conceptos que nos llevan a juzgar a otras personas.

El juicio es la facultad que tenemos para distinguir entre el bien y el mal, es una herramienta de navegación para todas las decisiones que tomamos en la vida y se forma gracias al cúmulo de información entre educación, cultura, herencia y experiencias que el cerebro almacena e integra cuándo debemos tomar una decisión. Crea parámetros y nos mantiene fuera de problemas o situaciones de riesgo pero no debemos olvidar que nuestra capacidad para juzgar es diferente a la de cada persona. Por otro lado, el error más grave al aplicar nuestro juicio es hacerlo con anticipación y sin otro criterio de evaluación más que la percepción de alguien más o la imagen integrada que nuestro cerebro elaboró gracias a su gran nube de información, sin siquiera existir la situación.

El prejuicio forma una percepción distorsionada imposibilitando nuestra capacidad de “vivir”, aprender experiencias nuevas y a nivel social impide que nos demos la oportunidad de descubrir el potencial de los que nos rodean.

Hay que admitir que hacer historias acerca de la vida de los demás puede ser divertido, mejor aún si son historias de terror pero… suponer que Anita es una chica que no se divierte por ser lista y dedicad a la escuela, suponer que acabaría llena de hijos y asumir que no será feliz con eso son suposiciones creadas por tu propia cabeza, hablan más de ti y de lo que tienes en tu nube que de lo que ella realmente está viviendo y de lo que planea hacer con su vida.

No supongas, dice la filosofía tolteca porque prejuzgar o suponer merma tu capacidad de distinguir lo verdadero de lo falso, así que si quieres ser guionista o dramaturgo, adelante, sólo toma consciencia antes de condenar la vida de alguien más.

Y por último, imagínate que lindo sería crear historias mágicas acerca de todas las personas que conocemos, imagínate que quien te conoce a ti diseñara una historia de éxito y felicidad…recuerda que nuestra capacidad de manifestar nuestro pensamiento está aumentando, vamos a aprovecharla para crear el mundo que todos queremos ver…para ti y para el mundo.



 
 
 

Comments


©2021 por El Plan A. Creada con Wix.com

bottom of page